Un portal para expresar ideas y tratar de entender el mundo, aunque en ocasiones nuestras explicaciones sean sólo parte de la eterna soberbia de todos los humanos que nos hace creer que podemos entendernos nosotros mismos.
Creo en el Derecho de autor

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported.
domingo, agosto 01, 2010
Para seguir los cuentos de Diego. La retinopatía de la prematuridad
viernes, julio 16, 2010
Un nuevo tema, realmente nuevo.
Este blog nunca ha tenido pretensiones autobiográficas, sobre todo porque pienso que escribir sobre si mismo puede tornarse insoportable. Sin embargo, actualmente me encuentro viviendo una experiencia totalmente nueva para mi la cual ha implicado un redescubrimiento y reordenamiento de mi universo entero, soy padre de un bebe prematuro, o adelantado, como prefiero yo llamarle.
Cuando el 24 de febrero de
El nacimiento, el FO2, la infección
Diego Alejandro nació en el Centro Médico Paraíso en Maracaibo, el 22 de marzo de
El alta médica, las primeras noches en casa
domingo, julio 04, 2010
Retomando el blog
domingo, enero 11, 2009
Videos grotescos
El círculo de la intolerancia es un hecho social de muy amplio radio de acción que de manera imperceptible nos rodea a todos, condenándonos a asumir posiciones extremas frente a asuntos que cada día más forman parte de la cotidianidad. La homosexualidad, un tema que va de lo bufonesco a lo criminal, es la última frontera de los derechos civiles. En Latinoamérica el homosexual ha sido visto siempre como una persona extravagante, incluso medio divertida. Basta recordar los personajes clichés de las novelas latinoamericanas donde un homosexual era la nota cómica en medio de un drama de proporciones casi épicas.
Ya en otras ocasiones he hablado sobre el círculo de la intolerancia, ese del que todos formamos parte. Somos parte del problema porque nos hacemos los ciegos ante una realidad incuestionable y es que muchos funcionarios militares y policiales abusan a diario de los travestis que se prostituyen en las calles, cual si les correspondiera un derecho a vasallaje. Pregúntele a cualquier prostituta y le dirá que esta obligada a pagar con favores sexuales gratuitos en la parte de atrás de una patrulla de esas que compran con nuestros impuestos.
Ahora con la tecnología se vuelve todo peor, porque quedan testimonios de nuestra brutalidad e ignorancia. Ningún grupo es más víctima del maltrato policial que los travestís que venden favores sexuales en las calles de Venezuela, los agravios incluyen violaciones y palizas, además de la cotidiana ración de insultos.
Pero estos videos tienen un doble efecto, gracias a ellos lo que antes era un secreto a voces ahora es una realidad que nos golpea de frente. De un tiempo para acá diversos grupos de presión homosexuales hacen fuerza en Venezuela, pero siento que sus acciones son estériles y hasta vacías. Como sector organizado se encuentran en la obligación de empujar a las autoridades a encarar estos problemas como lo que son, crímenes de odio.
En nuestro país hay odio solapado, odio hacia los diferentes, un odio que muchos llevamos dentro de forma inconsciente, sino lo asumimos no lo podremos combatir y hacer la revolución real, esa que no sólo modifica las formas sociales, sino también los fondos. Una revolución educativa.
Educar para la tolerancia es la única salida que queda para cortar este círculo. No existe un mayor problema que los conceptos de normalidad y anormalidad. Dichos conceptos han creado una sociedad que cataloga a las personas en los correctos y los incorrectos. Siendo los correctos seres etéreos y desconocidos es preferible vivir la vida según lo dictaminan los incorrectos, al fin y al cabo éstos se parecen más a todos nosotros, seres humanos falibles que sólo estamos seguros de no estar seguros de lo que somos.
lunes, octubre 06, 2008
La pertinencia de escribir
Sin embargo, como quien ve venir un choque entre dos autos, es necesario escribir a ver si somos muchas las plumas y alguien nos hace caso. Es que viene un desastre, largamente avisado, largamente previsto y sin embargo no estamos listos aun para encararlo. Se están cayendo las bolsas del mundo, se están cerrando los bancos y parece ser un movimiento sin vuelta atrás.
Es cierto, al menos eso creen los analistas económicos, que el hecho de que nuestra mayor fuente de ingresos como país sea el petróleo nos hace menos vulnerables a los embates de la crisis. También parece ser, que la estrategia estadal económica nos provee de un salvavidas a este asunto. Pero yo no estoy tranquilo.
Es que en el mundo de la globalización y la teoría del caos (el aletear de una mariposa en Brasil puede originar un ciclón Texas), no hay manera de que un desastre económico mundial a nosotros no nos golpee salvajemente, no es justo que estemos viendo las barbas del vecino arder y nosotros tan campantes, ni las mojamos, ni las cortamos, sino que seguimos con ellas metidas en la candela.
En Venezuela estamos gastando millones de millones en una campaña electoral para gobernaciones y alcaldías, ajenos a un mundo que se está yendo al demonio. Es hora de tomarse las cosas en serio, pero eso a ningún candidato parece importarle. No nos puede alegrar la caída del capitalismo moderno, no por alguna siniestra simpatía hacia el clan Bush o al sistema neoliberal, sino porque lamentablemente y aunque las políticas estadales intenten lo contrario, Venezuela sigue siendo un país eminentemente capitalista, cosumista y dependiente del mercado internacional.
Leyendo nuestros medios asombra la ingenuidad con que afirmamos que ahora hacemos negocios con China y otros mercados, y que el derrumbe del capitalismo no nos afectará. El problema es que China es capitalista, al igual que Malasia y los demás tigres asiáticos. El problema es que el mundo ya es muy pequeño. Somos muchos codos en la mesa, y la sopa que se le derrama al vecino inevitablemente nos caerá encima, al menos claro que nos apresuremos a ponernos la sevilleta.
Claro, a esto hay un pero, la campaña electoral es el negocio más redondo que existe en Venezuela. Las gigantografías que inundan las autopistas, los miles de anuncio de radio, todo está negociado. Las encuestas con doble resultado, el conveniencial que se muestra en los diarios y el real que sólo se le da al angustiado equipo del candidato. Dinero, futuros favores, contrataciones, todo ya está vendido.
Una danza de millones, en la que todos bailamos sin percatarnos de que ya se están acabando los discos, que la luz se le fue al vecino y que nosotros estamos haciendo la fiesta con una planta de gasoil, sería prudente bajar el volumen y guardar electricidad para mantener la nevera encendida, que se me antoja mas prioritario que este ridículo pianito electoral.
sábado, julio 12, 2008
Vender un hijo
¿Sabe usted que en Venezuela se venden niños?, hay padres que los valoran en 5.000 BsF, centavos más o centavos menos. En un país donde los sistemas de adopción son, por decir lo menos, tristes y absurdos, la venta de niños aun recién nacidos es una industria floreciente y que atrae cada vez más gente, sobre todo aquellos que piensan resolver sus cuitas económicas gracias a uno de sus hijos.
La esterilidad, los medios de vida alternativo y otros, son las razones por las cuales gente que quiere ser padre se encuentra de repente con el dilema de que no lo puede hacer de la forma preconcebida (es decir buscarse una pareja y procrear), en consecuencia recurren a la adopción, una figura legal que debería representar el más hermoso altruismo, puesto que es la oportunidad de dar un hogar y amor a un niño que nación en una situación de dificultad.
Sin embargo, no es sencillo adoptar a un hijo. Si vivimos en una nación con un aborrecible aparato burocrático donde sacarse la licencia de conducir es difícil, imagine cuan imposible es adoptar un niño por medios legales. Por supuesto, la hija mayor de la burocracia mal manejada es la corrupción. En resumen, burocracia y corrupción hacen imposible adoptar un hijo por la vía legal.
No obstante, como el deseo de ser padre es antropológicamente irrefrenable, las personas buscan la forma de tener ese hijo que anhelan, desviando su mirada a los sectores pobres de sus ciudades de residencia donde se suponen nacen miles de niños producto de la mala planificación familiar y que en la mayoría de los casos no son deseados por sus madres, lo que no saben los incautos es que ya existe un negocio detrás de ellos, esperándolos como clientes. Comienza entonces un baile de cifras por el bebe, muchas veces incluso antes de que haya nacido. En Venezuela, muchos hijos son comprados desde el vientre.
Por ejemplo, una muchacha de 16 años queda embarazada y su madre decide que ella no mantendrá a ese muchacho así que lo ofrece a una pareja mayor no fértil, esta pareja ansiosa de ser padres, se hace cargo del cuidado médico de la adolescente, alimenta a su familia y mima a la futura madre. Una semana antes del parto, la madre de la adolescente anuncia que ha conseguido un mejor comprador para el bebe por una cantidad mayor a la establecida, por lo que ahora el muchacho es más caro, los desesperados padres adoptivos participan en la subasta ansiosos como están de tener a ese bebe que han soñado durante meses y que han visto crecer en el vientre de la madre. La abuela vendedora se frota las manos feliz del negocio que está por hacer y el bebe ajeno a todo se prepara para llegar a este mundo al revés, donde por comprar a dios las vidas por nacer vendemos al diablo el alma.
sábado, junio 14, 2008
Placidamente Insensible

La insensibilidad de la canción descrita como una comodidad expresada en la indiferencia. La gente suele gastar millones en analistas que le enseñen sentir, a conectarse con su niño interno y otras cosas por el estilo y sin embargo a la hora de la verdad es posible que el estado emocional perfecto sea el que despoja de toda sensibilidad. Estar como canta Gilmour, Confortably Numb, en un encierro egoista y sin torturas. Como esos maestros del sur de asia que se elevan por encima de la terrenalidad a un punto tal que ni siquiera sienten las mordidas de las cobras o el carbón que le quema los pies.
Era al fin y al cabo lo que buscaba el Coronel Aureliano Buendía con sus pecesitos de oro los cuales fundía al terminar para volverlos a empezar, en un ritual diario que le despojara de emociones y rencores y lo conciliara con la vida, no basándose en la aceptación sino en la tranquila indiferencia hacia ella, lo mismo que Amaranta con la mortaja.
No obstante, como los malos matrimonios algo debe haber que una a los indiferentes con la vida, porque aún en su indiferencia no optan por el suicidio, ¿se atan los hombres al hastío? o es necesario algo que nos vuelva Placidamente insensible como dice la canción compuesta por Roger Waters y David Gilmour. Aquí dejo la canción para quienes no nos defendemos del todo bien con el inglés, para que la lean, aunque siempre será mejor escucharla.
Confortably Numb (Placidamente insensible)
¿Hola...?
¿Hay alguien ahí?
Asiente con la cabeza si puedes oírme
¿Hay alguien en casa?
Vamos,
He oído que te sientes mal
Yo puedo aliviar tu dolor
Y ponerte en pie otra vez
Relájate.
Necesitaré primero alguna información
Sólo los hechos básicos
¿Puedes mostrarme donde te duele?.
No hay dolor, está disminuyendo
Un barco distante humea en el horizonte
Estás atravesándolo a oleadas
Tus labios se mueven pero
no puedo oír lo que dices
Cuando yo era niño tuve una fiebre
Mis manos se sintieron como dos globos
Ahora vuelvo a tener esa sensación
No lo puedo explicar, no lo entenderías
No es así como soy
Me he quedado plácidamente insensible.
O.K.
Sólo un pequeño pinchazo
Ya no habrá más ¡aaaaaah!
Pero puedes sentirte algo mareado
¿Puedes ponerte de pie?
Creo que está funcionando, muy bien
Eso te mantendrá de pie
durante el espectáculo
Vamos, es hora de marcharte.
No hay dolor, está disminuyendo
Un barco distante humea en el horizonte
Estás atravesándolo a oleadas
Tus labios se mueven
pero no puedo oír lo que dices
Cuando yo era un niño
Capté un rápido vislumbre
Desde el rabillo de mi ojo
Me volví a mirar, pero se había ido
No puedo poner mi dedo en ello ahora
El niño ha crecido
El sueño se ha esfumado
Y yo me he quedado
Plácidamente insensible.