Creo en el Derecho de autor

lunes, noviembre 28, 2005

¡Sssshhhh!, de eso no se habla

Citar las estadísticas referidas a este delito es absurdo, puesto que la cantidad de casos no denunciados es tan extraordinariamente alta que simplemente determinar un número es una tarea cercana a lo imposible.
Pero ocurre. Ocurre en las calles solitarias y en los montes apartados, ocurre en los lechos conyugales y en el sofá de la sala, ocurre en las celdas de las cárceles, en fin, ocurre en cada espacio de nuestro sistema social y sin embargo nadie lo ve o a veces quien lo ve prefiere olvidarlo y ni que decir de quien lo vive.
Hablamos del abuso sexual, la violación, o como usted quiera llamarlo. La imagen sórdida de una mujer que camina por un callejón oscuro y siente repentina una mano que la empuja al silencio, ha sido sustituida en nuestro tiempo por un evento que ocurre en cualquier lugar, sin necesidad de oscuridad y sigilo. Los estudios que indican que 75% de los violadores conocían con anterioridad a su víctima son reales. Este hecho trae como consecuencia la dificultad de determinar por parte de la víctima si el acto sexual al que fue forzada entrañó algún tipo de culpa de su parte.
Son demasiadas las violaciones que ocurren dentro de los matrimonios donde la mujer es forzada a llevar a cabo el coito aun en contra de su voluntad. Dentro de nuestra formación cultural es difícil aceptar que tu esposo comete un delito cuando te obliga a lo que se supone es “tu deber”.
Dice la teoría que abuso sexual es cualquier forma de actividad sexual no consentida, dentro de lo cual se incluye una serie de actividades sexuales no deseadas que van desde la simple insinuación hasta la penetración. Asimismo existen una serie de condiciones para determinar la existencia de un abuso sexual, éstas son: la incapacitación de la víctima bien sea mediante la intimidación física, mental o inducida por sustancias (drogas y alcohol por ejemplo) ; el contacto sexual propiamente dicho, y por último, pero lo más importante, la falta de consentimiento de la víctima. Como se observa, el concepto no tiene una línea de excepción que diga “en el caso de que el violador sea tu esposo, novio, amigo, vecino, padre o hermano, no será abuso sexual”.
Un altísimo porcentaje de las adolescentes venezolanas le dirán que perdieron su virginidad en alguna fiesta confusa a causa del alcohol consumido por presión social. Historias parecidas encontrará en todos los niveles sociales y grupos etarios.
No menos grave son los casos en los cuales un niño o niña es violado dentro de su propio hogar por un conocido de la familia o por un miembro de ésta, el hecho de ser un niño le quita todo el peso a su acusación, a veces atribuyen todo a la imaginación del niño, quien confundido termina por aceptar el hecho y sufre de un despertar sexual que marcará de manera negativa toda su vida de relación a futuro.
De la misma forma, en ningún sitio ocurren más violaciones que dentro de una prisión, los factores que inciden en este hecho son multicausales y requerirían por sí solos de uno o varios artículos completos, pero para nuestros fines basta con señalar que para los vigilantes penitenciarios es un hecho normal y que incluso no es tan grave, debido a la condición de condenado que ostenta el preso. En una prisión el violar y ser violado no es abuso sexual, es una competencia del más fuerte en la cual los vigilantes fungen de observadores ciegos.
Quizás lo angustioso sea el silencio. Culturalmente entendemos que el abuso sexual es un delito, pero aun nos es muy difícil denunciarlo. Dicha dificultad está encerrada en el hecho de que persiste, aunque sea de manera inconsciente, la idea de que una víctima de abuso sexual comparte la culpa con su victimario. Hasta que esta idea errónea y dañina no sea eliminada por completo de nuestro sistema cultural, seguirá siendo un delito silente de víctimas mudas y testigos ciegos.
JOSÉ L. CUBILLÁN R. 4 / El Mundo / Sábado / Caracas , 26 de Noviembre de 2005

1 comentario:

Anónimo dijo...

Faltó la iniciación sexual de la mayoria de los niños varones...de las actividades voluptuosas en contra de ellos y que no se considera violación ni seducción indebida a un menor porque dentro de los cánones sexo-sociales está gravemente permitido...o ¿es que la violación es un simple estado mental?

PZKPFW....