Creo en el Derecho de autor

viernes, julio 16, 2010

Un nuevo tema, realmente nuevo.


Este blog nunca ha tenido pretensiones autobiográficas, sobre todo porque pienso que escribir sobre si mismo puede tornarse insoportable. Sin embargo, actualmente me encuentro viviendo una experiencia totalmente nueva para mi la cual ha implicado un redescubrimiento y reordenamiento de mi universo entero, soy padre de un bebe prematuro, o adelantado, como prefiero yo llamarle.

Cuando el 24 de febrero de 2010, mi esposa estuvo a punto de perder a nuestro bebe, sólo teníamos 24 semanas de embarazo, a partir de ese momento iniciamos una carrera de resistencia que tenía por objeto llevar el embarazo al menos a las semana 28, o que el bebe alcanzara los 1,5 Kgs. Durante ese tiempo, las cientos de historias de embarazos de alto riesgo que encontré en la red, nos dieron aliento y consuelo, nos ayudaron a entender, como era estadísticamente lógico, que no eramos únicos, y que había esperanza para nuestro bebe. Es por eso que deseo aprovechar este espacio para contarles la historia de Diego Alejandro Cubillán Ramírez, conocido en los bajos fondos (la cuna y la cama de sus papas) como el Dinosaurio Amarillo.

El nacimiento, el FO2, la infección

Diego Alejandro nació en el Centro Médico Paraíso en Maracaibo, el 22 de marzo de 2010, a las 27 semanas y 4 días de gestación. Es decir, aún tenía que estar como mínimo 10 semanas dentro de su mamá para ser un bebe a término. Pesó apenas 1 kg de peso. Apenas nació fue recluido en la Unidad de Cuidados intensivos, donde fue intubado, con respiración asistida y una sonda nasogástrica para alimentarlo. Los primeros 10 días de su vida era el aparato el que respiraba por él, esto era necesario porque sus pulmones aun no estaban listos, eran los días del FO2, una medida que indicaba cuanto respiraba el bebe y cuanto respiraba el aparato, todos los días existía la expectativa de que le iban a quitar los tubos para que respirara por sus propios medios, pero… estaba de por medio la infección. Explico, Diego nació con una condición llamada Enfermedad de Membrana Hialina, la cual implicaba una fuerte infección generalizada por todo su organismo. Sus leucocitos llegaron a estar en 33000. En la hora más oscura tuvieron que hacerle una punción lumbar, pero aun no les he dicho que Diego es realmente fuerte, ese mismo día dormía de lo más tranquilo, y empezó a combatir exitosamente la infección. Lo más difícil estaba superado.

El alta médica, las primeras noches en casa

En el día 29 de nacido, Diego salió de la UCI, para darle el alta en la clínica nos pusieron la condición de tener una incubadora en la casa para tener dentro a Diego, déjenme decirles que conseguir una incubadora es casi imposible, a menos de que usted la compre, lo cual evidentemente no podíamos hacer. Nuestro pediatra tomó el riesgo, confió en nosotros y nos dio a Diego, sin incubadora, debía comer cada tres horas, y mantenerse sobre los 36,5 C°, sino podía hacer una hipotermia y debía volver a la clínica. Fueron días duros, durante los cuales nos alternábamos para estar despiertos y vigilar que siguiera respirando. Hay más cosas que contar, pero por ahora continuará.

1 comentario:

bostezo dijo...

Jose, que alegría leerte. Que bello testimonio de amor y fortaleza.

Muchos besos para Diego. Ya quiero saber el resto de la historia y todas las aventuras que vienen.

Escribe pronto.

Vero