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viernes, septiembre 02, 2011

Cosas que no deberían pasar (pero que pasan)

No suelo publicar cosas que otros escriben, por la simple razón de que este blog es algo bastante personal. Sin embargo creo que se debe enfrentar la injusticia. Al periodista, amigo y en varios aspectos de vida mentor Rafael Rodríguez Olmos le quitaron su espacio de radio, las razones que se las explique el mismo:


Mis queridos amigos y lectores
Hace cinco años que nació Radio Tecnológica 93.7FM, como un medio de comunicación perteneciente a la Fundación Iuteval (Instituto Universitario Polítécnico de Valencia).  Esta emisora tiene la característica  de ser una de las pocas defensoras del proceso político que lidera el Presidente Chávez en Carabobo, aún cuando respetó siempre su condición de radio, por lo que, no es una emisora panfletaria. Tiene dos programas banderas. Si acaso los dos  casi únicos en todo el Estado que defienden a Hugo Chávez, salvo Radio Nacional y algunas emisoras comunitarias que todavía sobreviven. Otros programas de  Tecnológica tienen corte histórico, educativo, cultural, donde el oyente aprendía de cine, de la música del mundo entero, incluyendo la venezolana. Hay incluso programas de corte institucional como el tema de la educación; y además tienen un noticiero que se hace con las uñas: dos periodistas recien graduadas y un técnico de sonido que hace las veces de editor, corrector y todo lo demás. A pesar de las innumerables gestiones de su director, Pedro Galindo, de productores y vendedores, nunca fue posible obtener una publicidad. Es decir, que durante cinco años la radio ha funcionado con nada, a punta de la buena voluntad de sus trabajadores, sin siquiera recibir pago de la fundación Iuteval.
Seis meses  después entré a la emisora como un productor nacional independiente, con un programa que se llamaba: “Aquí no es así”, de 7 a 8:30 de la mañana de lunes a viernes. Si bien era un programa que defendía a capa y espada al proceso, y además, que bombardeaba con seriedad y análisis las acciones del gobernador Salas Feo, también era un programa crítico ante la mala gestion pública de las alcaldías de Carabobo, de las empresas del Estado y de los organismos que funcionan peor de cuando tomamos el Gobierno hace 12 años. Sin embargo, gracias a mis relaciones, obtuve una cuña publicitaria de Pequiven para la radio, a cambio de que la fundación me diera Bs. 1.000 mensuales (a estas alturas me deben 12.000).
Siempre he tenido una posición crítica ante la incompetencia de los organismos del Estado que se hicieron mucho más inoperantes, y además, groseramente corruptos. Uno de los organismos que denuncié, fue la alcaldía de Valencia en manos de nuestro camarada Edgardo Parra, quien en tres años de Gobierno lleva 16 gabinetes, debe 200 millones de bolívares y no ha ejecutado una sola obra que sea producto de su propio esfuerzo, o su propia creación. Pero además, hay documentos sobre sus manejos non sanctos durante sus 8 años de gestión al frente de Corpocentro. Hay documentos concretos de una siembra de champiñones que nunca se dio, pero se entregaron los 3 millones de bolívares en su debido momento.
Cuando el alcalde tomó la decisión de prohibir la circulación del semanario Kikirikí en esa sede, un vocero que es el más viejo en circulación en el país (52 años) que durante el paro petrolero jugó un papel protagónico, por el simple hecho de haberlo criticado. Desde entonces, KKK no circula en predios de la alcaldía so pena de ser decomisado por la policía municipal ordenado por el alcalde.
Las críticas que le hice por el programa, lo llevaron en primer lugar a exigirle al director Pedro Galindo que me sacara de la radio. Como no aceptó, se lo ordenó al director del Iuteval de entonces, quien también se negó. También sé que hizo gestiones por varias vías para sacarme de la radio, pero incluso algunos dirigentes – a quienes no les caigo bien- les digeron que las críticas siempre se producían y que era parte del juego político.
Hace poco llegó al Iuteval un nuevo director: Vladimir Labrador. Una de las primeras cosas que hacia, era invitar a los funcionarios  al programa para que hable sobre su gestión, planes, etc. Nunca estuvo. No obstante, ya teníamos la información de sus malas juntas con el alcalde Parra. Cosa curiosa, Labrador, quien dice que es revolucionario, nunca preguntó por la condición de los trabajadores en la radio, o si le debían utilidades, o si les habían pagado. Pero recientemente por gestiones de Galindo, se cobraron 82.000 bolívares a Pequiven, de los que sí dispuso, incluyendo las deudas de los trabajadores y los 12.000 míos desde hace un año.
Parra le propuso a Labrador que me sacara del aire y le daría dinero para repotenciar la radio. Lo hizo antes de irse este viernes a Panamá a descansar, mientras su Presidente está convaleciente en el Hospital Militar; y Valencia está a oscuras, llena de huecos y con todos los problemas del mundo. Este lunes 29, por primera vez Labrador se apareció en la radio con los miembros de la fundación, quienes públicamente han manifestado  su rechazo a los programas de la radio por considerarlos muy radicales. En la reunión, Labrador le pidió a Pedro Galindo que me sacara de la radio, quien se negó, por lo que él mismo tomó la decisión. Pedro renunció, también los técnicos y me negaron el espacio que construí por cuatro años y medio, a punta de esfuerzo y de soportar maltratos, insultos y persecusión. Es decir, que 93.7FM, y los que sabemos de medios  tenemos claro lo difícil que es ubicarse entre los oyentes, tardó cinco años en edificarse y ocupar un espacio entre los carabobeños, se fue a la fosa. Nada queda de una emisora que por caprichos e irracionalidad de un funcionario, desaparezca; por cierto, uno de los pocos bastiones del proceso en esta región enemiga. Y por añadido, el comportamiento tanto de Parra como de Labrador, se parece más a lo que hacían los Camisas Negras del Faccio en tiempos de Musollini, que a la conducta de un revolucionario, justo en momentos en que Chávez llama al debate y a que todo el mundo expreses sus opiniones.
Es importante que se sepa todo este acontecimiento, porque lo que le ocurrió a esa emisora, es lo que está ocurriendo en todo el Estado. Quienes controlan la burocracia del Estado se han enquistado más e impiden la acción del colectivo y del poder popular. Desde hace tiempo, la decepción se viene apoderando del pueblo chavista que nuevamente queda a un lado, víctima de la burocracia y la corrupción.
En ese estado se encuentra Carabobo. ¿Cómo les parece?
Rafael Rodríguez Olmos

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