Creo en el Derecho de autor

miércoles, abril 02, 2008

Yo Tengo Un Sueño (Martín Luther King Jr)


Martín Luther King

Lo he leido 100 veces y aun no puedo con todos los sentimientos que me genera, creo que es un gran regalo para todo el que pasa por este espacio... ¿Quién niega que haya discursos que pueden mover a la humanidad?

Discurso Yo Tengo Un Sueño 28/08/1963

Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.

Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.

Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".

Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.

Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.

No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.

Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.

Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.

Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.

No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.

Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.

Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"

martes, marzo 11, 2008

Del Homo Sapiens al Homo Criminis


El Border Line, ese concepto fascinante que dice que el hombre camina cercano a una línea que lo divide del criminal, que lo divide de la desviación. Simenon, el genial novelista que invento a ese detective tan humano que era Maigret decía que no le interesaba el hombre que cometía un delito, sino el hombre que era antes de cometer el delito, como comía, como dormía si se parecía a usted o a mi.
Cuando vemos la docena de series policiales que hay hoy en día en la TV por cable se nos crea la impresión errónea de que existen dos tipos de seres humanos, los criminales y los normales. Es decir, el Homo Sapiens y el Homo Criminis. Una frase común en los personajes de estos programas es "yo soy una persona respetable, no un criminal". Ahora bien; ¿por qué es esto tan importante?.
La razón es simple, no podemos pretender o buscar una humanización del sistema de justicia y de las cárceles si no asumimos que ambos están dirigidos a seres humanos.
El criminal no es en esencia distinto a usted o a mí. No es sub humano, por ahora no se ha logrado comprobar que exista una diferencia genética entre Charles Manson, el Come Gente del Táchira y este servidor que ahora escribe o quien gasta su rato leyendo esto.
Esto claro, es más fácil escribirlo que lograrlo. Cómo personas hemos asumido por elección y fé que somos distintos a un delincuente. Los procesos de identificación nunca son hacia abajo, con la excepción cierta de los delitos altruistas o en defensa propia o de las familias (si queremos parecernos al héroe que mata al "malandro" que iba a hacerle daño a mi familia), de resto no nos identificamos con el traficante de drogas o el violador, incluso le quitamos su condición humana. Reconocerlos como hombres los hace nuestros iguales, incluso desde el punto de vista religioso nuestros hermanos. Y no, nos negamos a esto.
Suelo intentar hacer cierre de las cosas que escribo, que la gente lea y encuentre un final, por formalismo y formación que hallen una idea que resuma lo que he intentado decir, no obstante en esta ocasión prefiero dejarlo abierto, porque aún me falta demasiado por reflexionar... ¿Qué piensa usted?

jueves, marzo 06, 2008

Lo importante es que tenga rejas


Cuando una joven pareja planea cómo será su casa en el futuro, se imagina la mata de cayenas, el cuarto de los niños, el mesón de la cocina y... la reja filosa y el cercado eléctrico que necesitarán en la casa “porque como están las cosas”.
La reja se ha convertido en un elemento insustituible de la estética urbana y con ello la sensación de encierro que equivocadamente se asocia con seguridad.
La seguridad del hogar debe partir de una idea básica; el robo de hogares generalmente es un delito planificado, en el cual la víctima es estudiada previamente en sus puntos débiles, en aquello que le hace victimizable.
He allí el error de la reja, porque supone que el delincuente de hogares es un ser improvisado y no es así. La reja sólo dificulta el acceso al hogar (lo cual ciertamente mejora su seguridad) pero no constituye el mayor elemento de prevención.
De un tiempo a esta parte, la reja ha evolucionado y ya no se protegen únicamente hogares sino también se enrejan urbanizaciones enteras. Para completar el cuadro bélico ahora también compramos armas y tenemos una pistola en la casa. Es más probable que usted se abra un hueco en el pie a que se proteja con un arma. Piense en esto: el delincuente puede ser o bien una persona nerviosa y asustada que disparará a la primera, porque aunque usted no lo crea, cometer un delito genera mucho estrés, o puede ser alguien con muchos años en el oficio de ladrón y que sabe disparar mejor que usted.
Nuestro objetivo no es persuadirle de comprar un arma, si usted tiene la instrucción adecuada y sabe manejarla, es su decisión. También puede tener el perro entrenado, la cerca electrificada, el vigilante privado y hasta una vela a la Virgen del Carmen. Pero esas no son estrategias de seguridad. Una verdadera estrategia pública y personal resulta de la interacción de los elementos de una comunidad. El que usted se ponga de acuerdo con sus vecinos y definan juntos sus objetivos como comunidad sí es un éxito seguro. Luego como comunidad integrada demande a su policía protección, reúnanse con las autoridades y presiónenlas, oblíguenlos a planificar la seguridad en función de las necesidades de la comunidad. Suena difícil pero un trabajo conjunto da resultados.
Por último, reflexione: ¿de qué sirve levantar rejas a nuestro alrededor y poner un vigilante en la puerta? ¿se ha dado cuenta que así su casa se parece cada vez más a las cárceles? Eso no tiene lógica.
Se supone que a prisión va aquel que comete un delito.
No obstante, somos nosotros los que vivimos en una cárcel. Además, las estrategias de aislamiento degeneran en que las autoridades dejen de cuidarnos, porque suponen que nosotros nos cuidamos solos. Mejor idea es, hacer un esfuerzo por cuidarnos entre nosotros mismos. Ninguna estrategia de seguridad puede pesar en la balanza más que nuestra sensación de libertad. Si no es así, es que el mundo está al revés y toca ver quién lo endereza.

miércoles, febrero 20, 2008

De lo divertido de ser terrorista

Debe ser divertido eso de que lo llamen terrorista a uno, debe ser maravilloso repartir este espantoso epíteto a todo aquel que contradice nuestras ideas y acciones, al fin y al cabo fue una moda que empezaron los gringos quienes después del 11 de septiembre decidieron que todo aquel que no vomitara del asco por las acciones atribuidas ya casi arbitrariamente a Osama Bin Laden era terrorista.
Más allá de las ideas que han llevado a pensar que el 11/09 no fue responsabilidad de Al Qaeda sino del mismo gobierno Estadounidense (ver a Fahrenheit 9/11, leer Hitler Ganó la Guerra entre otros muchos), la idea de que todos somos terroristas se ha convertido en una realidad.
Ahora me asombra cuantas cosas pueden ser terroristas, logrando con ello banalizar lo que es un tema extremadamente serio, el terrorismo es ante todo una modalidad delictiva que busca transformar la visión incluso, y es lo más perverso, de aquellos que nunca tendrán contacto con sus acciones. Es cuando la gente de Tucupita le empieza a tener miedo al Ántrax, cuando es posible que nunca lo vea o tenga contacto con él.
En consecuencia, me siento terrorista. Sin saber todo lo grave que implica la palabra, es un efecto colateral que posiblemente ni siquiera los grandes planificadores hayan previsto, porque es posible que supieran que después del 11/09 todos le tendríamos miedo al coco y al lobo de caperucita pero no creo que supieran que nos identificaríamos con ellos. Es simple, nos identificamos con el débil, con el más golpeado y últimamente a los terroristas le echan la culpa de todo, han terminado siendo los pobrecitos de la historia. El mundo está seriamente al revés.

lunes, enero 21, 2008

Las teorías de la conspiración


Parecen haber sido inventadas por Fox Mulder (el protagonista de los expedientes secretos X) o por algun alucinado viejo comunistas de esos que en los años 80 decían que era mentira que los Estados Unidos habían llegado a la luna y que era una invención más de la guerra fria sin embargo las teorías de la conspiración o la gran conspiración indudablemente deben tener un sustento de verdad y sino, al menos algo útil.

Ya casi termino un libro muy interesante llamado "Hitler Ganó la guerra" del económista y periodista argentino Walter Graziano, no se si lo que Graziano plantea sea totalmente verdad, si sea tan sólo una parte o es una gran falacia, considero en todo caso que es un excelente trabajo periodístico que invita por encime de todo a la reflexión más allá de lo evidente. No basta con saber lo que nos han contado, no es suficiente con la historia oficial. Me pasa como cuando vi Farenheit 9/11 de Michael Moore... una cosa si creo con certeza, hay mas en el mundo, en la prensa, en los que dominan al mundo y toman las grandes decisiones de lo que se ve, el poder, esa energía indefinible pero que se sabe allí y que definitivamente no está en nuestras manos. La democracia nos ha creado el mito agradable de que como ciudadanos miembros de un Estado libre estamos en capacidad de crear las cosas, que somos parte del poder, ahora creo que definitivamente no tenemos nada que ver con el poder, no somos parte de él.

sábado, enero 19, 2008

La Intrascendencia de la muerte de un genio


Murió Bobby Fisher, muchos ni siquiera conocieron a este señor de barba desprolija y que pasó los últimos años de su vida en Islandia, perseguido por la justicia de su país de nacimiento (Estados Unidos de América). Muchos no saben que se convirtió en el hombre más importante de la guerra fría cuando fue capaz de derrotar a los rusos en algo que se les creía invencibles.
Si les cuentan que su Coeficiente Intelectual (esa medida que inventaron los genios para rascarse el ego mutuamente) era superior al de Albert Einstein estarían asombrados. Fisher no solo fue el mejor ajedrecista del mundo en algún momento de su vida, también simbolizó la rebeldía extrema y el hacer lo que le diera la gana, radical y literalmente. Fisher odiaba a los judíos, a la CIA y al FBI de quienes pensaba lo perseguían por todas partes (y tomando en cuenta la orden de captura que pesaba contra él en los EEUU y el tiempo que estuvo preso en Japón pues realmente tan loco no estaba) las opiniones de Fisher eran sencillamente odiosas (cuando se enteró del ataque a las torres gemelas dijo que era lo mejor que podía haber pasado) y sin embargo su muerte causa tristeza, tristeza porque duele ver como la guerra fría destruyó y configuró un mundo de rivalidades y temores constantes, Fisher estaba loco, pero lo enloqueció la guerra fría, lo enloqueció un mundo que politizó todo o a lo mejor no... ya estaba loco desde antes sólo que la admiración del mundo al cual sus locuras le parecían útiles y divertidas no dejaba ver lo patológico de eso que llamaron excentricidad.

domingo, enero 13, 2008

Las noticias que me asombran


Con extremo enamoramiento por la cotidianeidad esta mañana me he levantado, he preparado café y me he dedicado a leer las noticias del mundo por Internet, un juego que por encima de todo nos somete a comprobar la veracidad de aquella frase nada humano me es ajeno.

De todas las cosas leídas, revisadas y seguramente no bien digeridas señalo una en particular:


"Tormento de Toca sería tortura" (página de la BBC en Español):


Que se discuta en EEUU si el tormento de la Toca es o no una tortura (ver el artículo) es surrealista, ¿poner celofán en la cabeza de alguien y verterle agua para hacerle sentir que se ahoga no es tortura? ¿qué es entonces?, el eterno argumento de que la libertad hay que protegerla a cualquier precio es vano ante estos hechos, es execrable que la tortura se aplique a culpables pero aun más es cuando la tortura se aplica a "presuntos sospechosos". La pena de muerte se suspendió en la justicia norteamericana durante casi 10 años debido a que no se lograba determinar si era un castigo cruel y degradante... ¿pasarán los juristas de la nación lamentablemente mas poderosa del mundo 10 años deliberando sobre si la Toca es tortura? ah por cierto es válido advertir que al final estos grandes juristas determinaron que la pena de muerte no era cruel ni degradante, no al menos los métodos del gigante del norte para aplicarla.