Creo en el Derecho de autor

domingo, enero 13, 2008

Las noticias que me asombran


Con extremo enamoramiento por la cotidianeidad esta mañana me he levantado, he preparado café y me he dedicado a leer las noticias del mundo por Internet, un juego que por encima de todo nos somete a comprobar la veracidad de aquella frase nada humano me es ajeno.

De todas las cosas leídas, revisadas y seguramente no bien digeridas señalo una en particular:


"Tormento de Toca sería tortura" (página de la BBC en Español):


Que se discuta en EEUU si el tormento de la Toca es o no una tortura (ver el artículo) es surrealista, ¿poner celofán en la cabeza de alguien y verterle agua para hacerle sentir que se ahoga no es tortura? ¿qué es entonces?, el eterno argumento de que la libertad hay que protegerla a cualquier precio es vano ante estos hechos, es execrable que la tortura se aplique a culpables pero aun más es cuando la tortura se aplica a "presuntos sospechosos". La pena de muerte se suspendió en la justicia norteamericana durante casi 10 años debido a que no se lograba determinar si era un castigo cruel y degradante... ¿pasarán los juristas de la nación lamentablemente mas poderosa del mundo 10 años deliberando sobre si la Toca es tortura? ah por cierto es válido advertir que al final estos grandes juristas determinaron que la pena de muerte no era cruel ni degradante, no al menos los métodos del gigante del norte para aplicarla.





lunes, diciembre 24, 2007

El mundo de los marginados

El Estado, allende las diferencias ideológicas entre capitalistas, socialistas, comunistas y pare usted de contar, es ante todo un ente controlador cuya función primordial es mantener bajo unos parámetros predeterminados todas las acciones humanas; eso por el bien común, por supuesto. De este enunciado ideal se pasa a unas realidades que no siempre se corresponden con esta idea. Por mucho que lo haya intentado no puede controlar cosas como la natalidad, las tasas delictivas, la corrupción, etc. Estos males serán mayores o menores de acuerdo a los sectores en que los Estados hayan puesto mayor atención. Algunos sistemas dan prioridad a la educación, otros al control de natalidad pero hay un tema al cual ninguno (y esto es literal contando los 191 países reconocidos por la ONU) ubica entre sus cinco principales prioridades; la cárcel.
Quien lee los discursos, declaraciones públicas y planes de gobierno de la mayoría de los países de occidente asegurará que en estos países no existen prisiones y que han modificado la manera da castigar el delito. Es más claro el problema cuando hacemos el contraste y observamos que el control del delito sí es una prioridad de las naciones.
La cuestión es que sí existen cárceles en occidente, y no sólo eso, sino que sigue siendo de manera abrumadora la principal forma de castigo. No se vislumbra un cambio ideológico que substituya la cárcel por otro procedimiento que haga la función de la prisión. Es decir, aquí en el discurso aparece el primer vacío, las funciones de la prisión han dejado de ser objeto del discurso criminológico a un punto tal que ya no existen, o al menos no están claramente delimitados, puntos que favorezcan a la prisión, más allá de argumentos trasnochados (reinserción, neutralización del delincuente, reeducación, etc.), y por contraparte tampoco argumentos que justifiquen su abolición. Es un juego de la cuerda en el cual ésta ha quedado en medio pero no por que se equiparen las fuerzas de los contendientes sino porque ninguno tira de ella.
Mientras tanto, en Venezuela, una población que bastaría para llenar una ciudad cabeza de distrito, permanece en este limbo ideológico. Son los marginados, nadie habla de ellos, no detentan ningún poder, ni político, ni económico, ni electoral.
Quizás el poder de matarse entre ellos, pero al parecer eso sólo les importa a sus familiares. La cárcel es un tema del que nadie quiere hablar. Incluso, hasta las escuelas de Derecho y Criminología han disminuido de manera ostensible el número de estudios relacionados con la prisión. Una abierta contradicción con aquello de ejemplificante que debe tener el castigo, los medios de comunicación le dedican a la prisión menos espacio de información que a casi cualquier cosa.
Ahora bien, es bueno aclarar que las funciones del Estado se difuminan frente a la prisión, el presupuesto para las cárceles es la última inversión porque se trata de dar dinero a aquellos que han sido castigados por lo "execrable de sus acciones".
En la democracia aquello que es impopular es infactible aun cuando sea necesario.
Consuelo de tontos el saber que no es únicamente un problema de los países en vías de desarrollo. En Estados Unidos de América una de las justificaciones para mantener la pena de muerte es que "son más baratos muertos que vivos".
Existen discusiones filosóficas que pueden estancarse para siempre, ya que su desenlace no modificaría en mucho el curso de la vida social, pero es injustificable que el problema de la cárcel se haya solucionado con la simpleza del silencio.
La cárcel esta allí, inmutable e indiferente a la dinámica de cambio que hay en nuestra nación, como si no formara parte del país. No tenga miedo de nombrarla, de discutirla, ¿conoce la cárcel de su Estado? le recomendaría que lo hiciera ahora que está afuera, mire que a Jonás nunca le agradó el estomago de la ballena.

jueves, diciembre 13, 2007

Reencontrandome con la escritura

De todas las cosas que me gusta hacer, posiblemente la que más me fascine y complemente sea escribir. Sin embargo, esta es una actividad que se deja de realizar a razón de las actividades del día a día, como el hombre joven y exitoso que se olvida de pedir la bendición a la madre que le enseñó a leer y a escribir.
No obstante, el escribir es una amante paciente y sabia, como la Petra Cotes de Cien Años de Soledad que esperó durante los 5 años del diluvio a Aureliano Segundo segura de su regreso.
Pues vuelvo a escribir... al fin y al cabo todos vuelven

domingo, diciembre 10, 2006

Murió Pinochet... que bien por la impunidad

Hoy murió Augusto Pinochet, la justicia, esa que según los cánones morales que tanto agradan a los sacerdotes y los ancianos siempre llega nunca llegó: nadie puede decir que a Pinochet le llegó su hora o el tiempo de su jucio... Simplemente ha muerto un anciano de extinción, con una muerte tan santa que hace pensar que no tiene ni tuvo la culpa de nada. Hace más de un año escribí en un artículo que no hablaba de Pinochet el parrafo siguiente:

Existe una vacuna contra este mal, la de la justicia cierta, expedita y por
encima de todo pública. No se puede dejar pasar tres años entre el hecho y la
sentencia. Son tres años durante los cuales surgirán imitadores de los
delincuentes que han sido aparentemente exitosos en el objetivo de burlar la
justicia. Fresco el ejemplo de Augusto Pinochet, ¿de qué sirve juzgar a un
anciano senil, en silla de ruedas y con pañales, ya después de que disfrutó de
un poder absoluto y fue Dios en una nación, que vivió impunemente y que dio pie
a imitadores en todo el mundo con ansias iguales de ser reyezuelos? En sus
ligeros espacios de lucidez el dictador en su cama quizás piense “y qué más da
que me juzguen y me condenen, lo peor que me puede pasar es la muerte y esa
llega con justicia o sin ella”.


A Augusto no lo agarró la justicia, porque los finales de Dios poco tienen que ver con las obras de los hombres. Lo que pase entre Pinochet y el Señor queda entre ellos, ante los hombres siempre quedará impune, y eso es una lástima.

El Diego y la Coca

Este artículo lo escribí hace más de un año, pero aún me gusta:

Transcurría el año 1986 y en Ciudad de México un hombre se coronaba rey y señor del fútbol, el más universal de los deportes. Diego Armando Maradona tocaba con “la mano de dios” el cielo sin saber que también se convertía en centro de todas las miradas del mundo y el ejemplo más triste de la manera en que las drogas transforman a los dioses en demonios.
Maradona, poseía dentro de sí muchos de los elementos asociados al consumo de drogas, un hombre joven, apenas 15 años cuando debutó en la primera división del fútbol argentino, que de vivir en condiciones de carestía pasó a ser un hombre bien pagado, rodeado de lujos y dinero y centro de la atención de muchos más poderosos que él. Siendo todavía muy joven pasa al Barcelona Fútbol Club de España en el traspaso más caro de su época. El entorno se hace propicio, en medio de unas de las ciudades más grandes de Europa con dinero a manos llenas y la fama propia de los grandes atletas se entrega a una vida de excesos que sirve en parte para llenar la sensación de vacío generada por la distancia de la tierra natal. Adicionado a esto, una lesión por esta misma época (1984) separa un poco a Diego del régimen de ejercicios propio de los atletas de alta competencia.
Su difícil vida en Barcelona (el mismo Maradona reconoce en varias entrevistas que empezó a consumir cocaína en la ciudad condal) y el mundo futbolístico siempre en movimiento lo llevaron a Nápoles donde se hizo “más grande que la vida misma” rodeado de la adulación de la gente y de la camorra napolitana, orgías, alcohol y la siempre inseparable cocaína.
Varios campeonatos en el Nápoli, el Mundial México ‘86, muchas veces escogido el mejor jugador del mundo. Todo el éxito deportivo contribuía a ocultar la caída cada vez más profunda de Diego en la adicción. Sin embargo durante el Mundial USA ‘94 una prueba de orina reveló la presencia de efedrina en el organismo de Maradona. El Diego fue suspendido y expulsado de la copa del mundo ( “me han cortado las piernas” decía llorando ante los ojos del mundo) fin de la gloria y principio del acto de contrición más triste del mundo moderno, el del drogadicto.
Por lo general, el proceso de rehabilitación se lleva a cabo a puertas cerradas, lejos del escarnio público.
No obstante, el caso de Maradona nos permite observar los avances y retrocesos propios del proceso de rehabilitación.
Varias entrevistas donde pedía perdón a la hinchada argentina y a su familia por consumo de drogas, la obesidad que deformó lo que en algún momento fue el cuerpo de un atleta, el divorcio, el rechazo de gran parte del mundo, (basta recordar que en Japón, donde fuera otrora un ídolo, se le negó la visa de entrada) y la reclusión en un centro de desintoxicación en Cuba, son sólo la cara vista de dicha rehabilitación.
Ahora Diego se presenta al mundo de nuevo, con 20 kilos menos y trabajando alrededor del planeta como narrador de fútbol, jugando partidos amistosos, incluso el equipo de sus amores, Boca Juniors, le ha ofrecido un puesto administrativo como ejecutivo del club. Maradona va a los programas de televisión a declarar públicamente su regreso como hombre útil y Argentina y el mundo deportivo se alegra. Pero queda la incógnita en el aire: ¿realmente Diego dejó la cocaína?Algunos indicios inquietan, en entrevistas recientes ante la pregunta de si dejó definitivamente las drogas Diego evade e incluso descarga sus culpas y hasta su adicción en su ex representante, como si el proceso de responsabilidad de las propias acciones tan vital para la rehabilitación no se completara. Además, Diego no expresa en su discurso ni en sus gestos aversión hacia la cocaína, no existe el rechazo abierto de quien ha visto su vida destruida por la adicción.
Ojalá y Diego Armando Maradona no sólo sea ejemplo de la prodigiosidad en los campos de fútbol.
Es necesario que el mundo y muy especialmente los jóvenes sigan con atención la vida del Diego. Las drogas destruyen a cualquier ser humano, no importa que tan cerca esté de ser un Dios y ni siquiera las oraciones y el inmenso amor de un pueblo como el argentino hacen más fácil la rehabilitación de quien cambió la gloria por la miseria.
José L. Cubillán R.
4 / El Mundo / Sábado / Caracas , 11 de Junio de 2005

martes, julio 11, 2006

Los dioses páganos del fútbol

La cabeza siempre en alto, el paso al trote ni demasiado rapido ni demasiado lento, simplemente majestuoso, tan bueno que en una final de la copa del mundo es capaz de tirar un penalti con la despreocupación más absoluta; un Dios del fútbol, pero definitivamente no un dios judeocristiano omnisciente, omnipotente, sabio hasta lo imposible, al contrario un dios págano lleno de iras, de rabias, de lujuria y de humanidad. Ese es Zinedine Zidane, el por ahora último gran Dios del fútbol. Este mundial nos dejará para siempre su figura, en la retina nos quedará el partido contra Brasil viendo al hijo de inmigrantes argelinos hacerle un sombrero a otro Dios Pagano como Ronaldo, nos quedará la cintura destrozada de Puyol y la agonía de Iker Casillas desde el suelo viendo entrar el punterazo terrible y colocado del francés, el penalti contra Portugal con muy poco impulso y con total precisión y la mejor jugada de la final, la mano milagrosa de Buffon que le quitó a Zidane el último pedazo de Olimpo.
Existe un altar, un reservado en el cual existen cinco grandes y al cual muchos otros han tocado la puerta sin llegar a entrar aun, de primero el Maestro Argentino Alfredo Di Stéfano, luego el Rey Pelé, Compartiendo los 70 Bekembauer y Johan Cruyff y por último Diego Armando Maradona. A principios de año cuando Zizou anunció que esta era su última temporada en el Madrid y que jugaría su último mundial empezó la discusión para saber si era necesario convertir el altar de los 5 grandes en uno hecho para 6 dioses paganos. Se dejó que el mundial fuera el juicio final, la prueba decisiva. Al final de la primera Ronda a Zidane le correspondia un lugar entre los Arcangeles pero se alejaba de ser un dios, más luego llegaron los cuatro partidos siguientes, los más importantes y en ellos Zidane obró tantas maravillas y milagros que no quedaba duda que el lugar estaba ganado.
Pero.... bien sea porque le dijo que su hermana era una puta o porque lo llamó terrorista, Marco Materazzi, camorrero de oficio, logró lo que no pudieron la marca y la presión de cuatro seleccionados diferentes, hizo que el dios se bajara de los altares y sellara con un cabezazo maldito una carrera que a ratos fue perfecta. Ahora, a los que nos apasiona el futbol no sabemos si poner a Zizou en un altar o destronarlo por pecar de ser exageradamente humano.
Ya no habrá más regates fabulosos que juzgar, ya no veremos de nuevo al maestro ejecutar la "Roulette", ya no pasará una pierna sobre el balón dando tiempo a su cerebro para encontrar el pase mortal, ya sólo nos quedará condenarlo o perdonarlo por ser tan tonto de volver a ser humano precisamente cuando más cerca estaba de ser un Dios.

lunes, mayo 01, 2006

Adios a "El Mundo"

No, no es el principio de una esquela suicida. Simplemente he decidido dejar de escribir para "El Mundo" por lo menos por un tiempo. Mi trabajo altamente absorbente me quita el tiempo que necesito para pensar un tema y poderlo escribir con la mediana calidad que me exijo. Asimismo, el hecho de tener un día fijo de publicación es más esclavizante de lo que puede parecer a simple vista.
Sin embargo, es una decisión que me produce la más profunda tristeza, escribir para un periódico es uno de mis sueños hechos realidad y quizás este haya sido uno de los periodos mas enriquecedores de mi existencia. Seguiré escribiendo por este medio y por algún otro que pueda pero sin la atadura formal que tanto dificulta esta labor.
Escribir que algo queda; nunca hasta ahora entendí tan bien esa frase. El tiempo que mantuve la columna me quejé muchas veces de no sentir respuesta, de creer que escribía para el vacío, y aunque ahora sigo creyendo que no es mucha la gente que me leyó durante este poco más de un año también he entendido que no se escribe para nadie, se escribe para una mismo, para la propia satisfacción. Así que seguiré en este ejercicio de autocomplacencia egoísta, sólo que por medios menos exigentes.
Siempre de ustedes
José L. Cubillán R.